El día de hoy llegamos a la penúltima entrega del colectivo SINESTO, integrado por un grupo de jóvenes estudiantes y no estudiantes con pretenciones de escritura más allá de las aulas y la academia. Inspirados en la generación beat, la escritura de estos chicos -y no tan chicos- les dejará una grata sorpresa. El día de hoy presentamos a un ivntado de la casa, a él ya lo pudieron leer en otras ocasiones en esta plataforma, sin más los dejamos con Yosh.
Yosh Aides Dracol (Yosh GM)
Nacido en Ometepec, Costa Chica, Gro. 23 años.
Huérfano de Dios, y de padre. Egresado de la Universidad Autónoma de Guerrero: Lic. Historia. Su lírica poética o anti poética es solo un medio de protesta ligado a su formación académica, como estudiante de historia no podría deslindarse de la realidad social. De la crisis que se vive en el México actual. El Estado fallido. La quimera democrática. La ausencia de humanidad en el globo terráqueo. Los presos políticos, poéticos, ahorcados por el sistema. La resistencia en los ojos de una anciana, de una joven indígena, de un niño que llora en la calle con sus mejillas cubiertas de mugre.
Naturalmente tengo sangre indígena, debo decir que soy originario de estas tierras Yopes, mixtecas, amuzgas, afros.
Amo el microcosmos y vago sin temor alguno a ser descubierto por la madre muerte.
Los muertos no necesitan amor
Los muertos
no necesitan amor
ellos yacen despreocupados
de mí, de ti y de Dios,
sus dedos surcan la niebla de la tierra
Dios sabe que no hay cielo
y no hay esperanzas para ellos
ahora tú ríes mientras yo escribo
ahora tus manos son más pálidas que la luna
mañana uno de los dos estará dormido
bajo una lápida que no construimos
bajo un cielo que nunca nos detuvimos a mirar
entre gusanos y raíces
nuestros cuerpos soñaran
que alguna vez fuimos felices
en este mundo, en este lugar
donde sólo el amor tiene sentido
donde sólo niños y mujeres
son la esperanza de los vivos.
Los muertos
no necesitan amor
pero nosotros sí.
25/Abril/2013
Ciudad de Puebla
Ciudad donde navego como un pez
Entre tiburones y anzuelos.
Cae la noche -o eso que llamamos noche-
Sobre los muros y el asfalto de la ciudad
Es la hora de los locos
De los perros callejeros
que deambulan de un lado a otro;
De las putas, travestis, gay’s y lesbianas
Vendedores de metamorfosis
Y adictos al opio
Aquí no importa si hay estrellas o luna
Da igual cualquier cielo se parece al anterior;
no hay Dios, no hay religión
No hay patria, no hay origen
Solo ideales que permanecen abstractos
solo chicos y chicas que beben, fuman
y danzan al compás de una música mediocre
Aquí solo el Dios de la cocaína y el cristal.
Esta es la gran noche en la ciudad
Donde las luces se extienden hasta el horizonte
Bajo los pies de un gran volcán
Donde los motores rugen como leones
Sobre la gran lengua negra ¿o es la carretera?
Y Donde el único dueño y amo de todos
Es el maldito capital.
22/07/2014
Puebla, Puebla.
2:04 am
Para Moon;
Porque ambos perdimos.
Cualquiera puede ser un buen ganador en la vida
Pero sólo a mí me gusta perder.
Ella se hartó de la historia y la metafísica
En su lugar habita un propósito literal
y un varón con sonrisa estúpida que le lleva flores
y le enseña paisajes desde una venta cerrada
Yo le mostré mis cicatrices hechas con un machete a filo de piedra
Y mi alma negra humeada con mariguana.
¿Qué hay de trascendente en eso?
Ahora esto no significa el final de nada o el principio de algo
La vida es mi cigarro encendido cuando saco la mano por la ventana
Y conduzco mi auto a 140 kilómetros por hora
Debes dejar que todo fluya
Ella tiene lo que necesita a su lado
a fuera llueve despacio
y un gato llora y me entristece
Debes dejar que todo caiga o suba
-abro la puerta para que el gato entre-
Cierra este círculo y permanece fuera
Libérala de la angustia
Y libérate
Recuerda las palabras de un alcohólico
“Cualquiera puede ser un buen ganador en la vida
Pero sólo a mí me gusta perder”
Se acabó la metafísica del amor y de la muerte
En su lugar la vida pura y sagrada como un trago de whisky
o una oración bajo la sombra de un árbol.
Es un momento búdico, celestial
Lo que fui ya no existe
En su lugar permanece otro ser
Y nacerán otros más si es necesario
Hasta encontrar el dharma
Hasta que todos seamos uno
No en el polvo ni en la tumba
Sino en el pecho y la memoria.
Debes dejar que la vida corra:
Una navaja de afeitar cortó mi garganta
Cuando quise decir esto
Se fue la voz húmeda chorreando por mi vientre
En su lugar lo que es:
lo frío y lo crudo, lo puro y sagrado
o el silencio.
